El ataque frente al Museo Judío en Washington D.C. ha dejado a la comunidad internacional en estado de conmoción. Yaron Lischinsky, de 28 años, y su pareja Sarah Milgrim, ambos empleados de la Embajada de Israel en Estados Unidos, fueron asesinados en un acto que ha sido calificado como un “acto de terrorismo” por el ministro israelí de la Diáspora, Amichai Chikli.
Este brutal crimen evidencia el creciente problema del antisemitismo y ha generado una respuesta contundente por parte de las autoridades israelíes y estadounidenses.
El ataque ocurrió el miércoles por la noche, cuando Lischinsky y Milgrim salían de un evento organizado por el Comité Judío Americano. Según la embajada israelí, “un terrorista les disparó y los mató” en las puertas de la institución.
Ambos formaban parte del cuerpo diplomático israelí en Estados Unidos. Lischinsky trabajaba en el departamento político de la embajada. Su perfil de LinkedIn refleja su compromiso con la paz en Medio Oriente, destacando su creencia en los Acuerdos de Abraham.
Sarah Milgrim era pareja de Lischinsky. Su rol exacto dentro de la misión diplomática aún no ha sido precisado.
El autor del ataque ha sido identificado como Elías Rodríguez, un hombre de 30 años residente de Chicago. Durante su detención, Rodríguez gritó repetidamente “¡Palestina libre!”.
La jefa de policía de Washington, Pamela Smith, declaró que Rodríguez fue visto caminando cerca del museo antes del tiroteo y que disparó a quemarropa contra las víctimas. Tras el ataque, Rodríguez ingresó al museo y fue detenido por el personal de seguridad.
El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, condenó el crimen y afirmó que refleja el “precio terrible del antisemitismo y la incitación salvaje contra el Estado de Israel”.
En un comunicado, destacó que “los libelos de sangre contra Israel están en aumento y deben ser combatidos hasta el final”. Además, ordenó reforzar la seguridad de las delegaciones diplomáticas israelíes en el exterior para proteger a sus representantes y sus familias.
La fiscal general de Estados Unidos, Pam Bondi, se comunicó con Netanyahu para actualizarlo sobre el curso de la investigación, garantizando que el autor del ataque será llevado ante la justicia.
El presidente de Israel, Isaac Herzog, tcalificó el atentado como “un acto despreciable de odio y antisemitismo”. Por su parte, el ministro de Exteriores, Gideon Saar, advirtió sobre el riesgo al que están expuestos los representantes israelíes en el extranjero.
Aunque no se han confirmado vínculos directos del atacante con movimientos políticos, las autoridades están explorando la posibilidad de que Rodríguez tenga conexiones con grupos que se oponen a las políticas israelíes.