Mientras sigue el impacto por el triunfo de Donald Trump en la elección presidencial, Estados Unidos refuerza su presencia en Oriente Próximo para la llegada de un esperado ataque iraní contra Israel. Sitios de seguimiento de vuelos mostraron este jueves aviones F-15 estadounidenses en ruta hacia Jordania.
Según el diario israelí Haaretz, al menos 12 aviones se dirigen a la región, sumándose a los cazas que ya fueron desplegados en la zona. El ejército estadounidense no ha anunciado oficialmente el despliegue.
Los aviones se unirían a los bombarderos B-52 Stratofortress, aviones cisterna y destructores de la Armada que el ministro de Defensa estadounidense, Lloyd Austin, ordenó desplegar en Oriente Próximo a principios de esta semana, así como al avanzado sistema THAAD (sigla de Terminal High Altitude Area Defense) que Estados Unidos envió a Israel el mes pasado.
El sistema antimisiles es una parte fundamental de la defensa aérea por capas del ejército estadounidense y se suma a las ya formidables defensas antimisiles de Israel -entre las que se destacan la Cúpula de Hierro y el sistema Arrow– en medio de indicios de una inminente respuesta iraní al reciente ataque israelí contra objetivos militares de Irán.
Según dos fuentes israelíes citadas por Axios, la inteligencia israelí creía que Irán lanzaría su ataque esta misma semana desde Irak, donde la República Islámica mantiene milicias que forman parte de su “Eje de Resistencia” contra Israel. Washington ha advertido a Bagdad de una represalia israelí si el ataque iraní procediera de Irak.
Sin embargo, el ejército de Bagdad rechazó los informes, diciendo que eran “pretextos falsos” destinados a justificar una posible agresión estadounidense contra Irak.
Irán ha prometido “castigar” a Israel por los ataques aéreos del 26 de octubre, que, según Jerusalén, destruyeron las defensas aéreas y la capacidad de producción de misiles de la República Islámica.
Los ataques israelíes fueron una represalia a la descarga de 200 misiles balísticos lanzada por Irán el 1 de octubre, que obligó a refugiarse a la mayor parte de Israel y provocó la muerte de un palestino en Cisjordania. Días antes, Israel había eliminado en un ataque aéreo sobre Beirut a Hassan Nasrallah, jefe de Hezbollah, y a Yahya Sinwar, jefe de Hamas, en Gaza, otro de los beneficiarios de Irán.
El jueves, el líder supremo de Irán, el ayatolá Alí Jamenei, afirmó que la red de agentes terroristas de Teherán seguía siendo fuerte a pesar de la muerte de muchos de sus principales dirigentes. “Los líderes de la resistencia siguen luchando. Si Dios quiere, el mundo verá un día en que el régimen sionista será derrotado por ellos”, afirmó, según un reportaje de la televisión estatal iraní.
El ataque del 1 de octubre fue el segundo ataque directo de Irán contra Israel, tras haber lanzado unos 300 misiles y aviones no tripulados contra Israel en abril, después de una guerra en la sombra que duró décadas.