El ataque con drones y misiles de Irán ha forzado a Israel a frenar el comienzo de la operación terrestre en Rafah, la ciudad del sur de Gaza. Netanyahu anunció que la operación se iba a llevar a cabo a pesar de no contar con el apoyo de los Estados Unidos, debido a que considera que se trata del último bastión de Hamas y donde, según informes de inteligencia, estarían los secuestrados israelíes. Sin embargo, el ataque de Irán obligó a detener la operación, que iba a comenzar esta semana.
Por estas horas, el gabinete de guerra israelí evalúa qué respuesta dar ante la agresión del régimen de los ayatolás, mientras la comunidad internacional — desde Estados Unidos hasta los aliados europeos como Gran Bretaña y Francia — piden a Israel que evite una represalia militar que escale el conflicto en la región.
La discusión llevó a que Israel retrase sus planes para Rafah, donde en este momento se refugian más de un millón de civiles palestinos. La Fuerza Aérea israelí tenía planificado el envío de panfletos sobre la ciudad gazatí para dar aviso al comienzo del operativo.
Sin embargo, funcionarios israelíes aseguraron a la CNN que la ofensiva terrestre se llevará a cabo, aunque la fecha de inicio es ahora incierta. Netanyahu ha insistido en la importancia de invadir Rafah para terminar de desmantelar a Hamas, y una respuesta militar al ataque de Irán desviaría el foco y los recursos militares en la lucha contra el grupo terrorista que gobierna la Franja de Gaza desde 2007.