Las Fuerzas de Defensa de Israel han hecho públicas nuevas imágenes del interrogatorio de un terrorista de la Jihad Islámica Palestina que confesó haber violado a una mujer israelí en un kibutz del sur de Israel durante el ataque del 7 de octubre dirigido por Hamas. El terrorista, Manar Qassem, es miembro de las fuerzas navales de la Jihad, y fue capturado por las tropas israelíes a principios de este mes en Khan Younis.
En el interrogatorio llevado a cabo por la Unidad 504 de la Dirección de Inteligencia Militar, se le pregunta a Qassem qué hizo el 7 de octubre. El terrorista confesó que entró a Israel por una abertura en la valla fronteriza que divide a Gaza de Israel armado con una pistola y dos granadas.
Al llegar a un poblado que no supo nombrar, Qassem contó que entró a la casa más cercana, donde se encontró con una mujer que se sobresaltó al verlo. “La agarré y la tiré en el sofá”, confiesa el terrorista a los interrogadores, recordando con detalle cómo era y qué llevaba puesto.
“El diablo se apoderó de mí, la tumbé, empecé a desnudarla e hice lo que hice“, dice. Al escuchar eso, el interrogador insiste en que diga con sus palabras qué hizo en contreto. “Me acosté con ella”, repitió Qassem varias veces. El interrogador insistió hasta que Qassem confesó haberla violado. ”Ella me empujó, no duró mucho… Dos minutos. Tal vez un minuto y medio”, agregó.
En ese momento, según afirmó Qassem, dos miembros de las Brigadas de los Mártires de Al Aqsa entraron en la vivienda y se llevaron a la mujer con su madre. No quedó claro en el interrogatorio si la víctima siguió con vida.
A continuación, Qassem dijo que se quedó solo y decidió regresar a la Franja de Gaza. Al retirarse, escuchó disparos de un hombre israelí que estaba cerca de él, a quien respondió con tiros y arrojando una de las granadas que llevaba. Luego, escapó y regresó a Khan Younis.
Las FDI, al compartir el material, afirmaron que el testimonio es “una prueba más de la avalancha de asesinatos y violencia sexual perpetrada por las organizaciones terroristas el 7 de octubre, en un intento de hacer oír las voces de quienes ya no pueden contarlo”.