Este jueves 18 de julio se cumplen tres décadas del brutal atentado terrorista perpetrado por el grupo terrorista Hezbollah contra la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA) en la que murieron 85 personas y más de 300 resultaron heridas. A 30 años del ataque, la causa judicial que investiga tanto el atentado como el encubrimiento de las autoridades argentinas sigue inconclusa.
A las 9:53 del 18 de julio de 1994, una camioneta Trafic blanca cargado de explosivos cargó contra el frente del edificio ubicado en Pasteur 633, en el barrio de Balvanera. El vehículo llevaba en el furgón, entre los asientos y en las ruedas traseras, una combinación de nitrato de amonio con el agregado para potenciar el nivel de destrucción de aluminio, un hidrocarburo pesado, trinitrotolueno (T.N.T.) y nitroglicerina. La carga explosiva fue similar a unos 300 o 400 kilos de TNT, lo que provocó la voladura del edificio y el fallecimiento de las 85 víctimas.
El 11 de abril de este año, la Cámara de Casación de Comodoro Py consideró que tanto el atentado a la AMIA como la voladura de la Embajada de Israel en 1992 fueron ordenados por la República de Irán y ejecutados por Hezbollah, el movimiento libanés armado y financiado por Teherán. En dos fallos firmados por los jueces Carlos Mahiques, Diego Barroetaveña y Ángela Ledesma, de la Sala II de la Cámara de Casación Penal, se dio por probado que la República Islámica estuvo detrás del atentado perpetrado en 1994 contra la mutual judía.
Según consideraron los jueces, las acciones de Hezbollah “respondieron a un designio político y estratégico” de Irán y el movimiento libanés “actuó bajo la inspiración, organización, planificación y financiamiento de organismos estatales y paraestatales subordinados al gobierno de los ayatolas”.
El fallo fue celebrado por el Gobierno argentino de Javier Milei en un comunicado en el que destacó el avance judicial y acusó al kirchnerismo de intentar “encubrir la responsabilidad de Irán traicionando a la Patria con la firma del Memorándum” de Entendimiento con Irán en 2013.
Días después de conocerse la sentencia, el Congreso de los Estados Unidos expresó su respaldo a la decisión de la Justicia argentina. “Elogiamos el enorme coraje de los fiscales y jueces argentinos que trabajaron para brindar transparencia a las víctimas”, afirmaron Ben Cardin, senador demócrata por Texas y presidente del Comité de Relaciones Exteriores del Senado, y Michael McCaul, congresista republicano y titular del Comité de Asuntos Externos de la Cámara de Representantes el 16 de abril.
El informe final del Mossad
La responsabilidad de Irán y de Hezbollah en el atentado ya había sido confirmada por el Mossad, el Instituto de Inteligencia y Operaciones Especiales de Israel, en un informe revelado por Infobae en julio de 2022. Según reveló el medio en entonces, el informe del Mossad asegura que “las autoridades máximas de la República lslámica de Irán y Hezbollah dieron la orden para que se perpetre el atentado contra la AMIA”. De acuerdo a la investigación, “existen pruebas sobre la participación de la cúpula de Hezbollah e lrán en las fases críticas y finales del atentado”.
El atentado, según concluyó la inteligencia israelí en el dossier al que accedió Infobae, “fue dirigido y ejecutado en el terreno por Hezbollah, con previa preparación de la infraestructura del atentado y compilación de información por parte de miembros operativos de la unidad de atentados de Hezbollah, quienes actuaron en la Triple Frontera y en Argentina desde 1988“. Dicha unidad, asegura el Mossad, operó bajo las instrucciones del líder supremo de Irán, y bajo indicaciones directas de miembros de la cúpula del régimen iraní.
Por otra parte, el informe asegura que la delegación de la inteligencia iraní en Buenos Aires, con base en su embajada, estuvo al tanto de los preparativos finales y la materialización del atentado días previos al ataque.
Dando un paso más, el servicio de inteligencia israelí afirma que el ataque se ordenó y planificó el 14 de agosto de 1993, en la ciudad Mashhad, en el noreste de Irán, en un encuentro entre altos mandos de la conducción iraní: el líder supremo Alí Jamenei, el entonces presidente de Irán Alí Rafsanyani, el Ministro de Inteligencia Ali Fallahian, el Ministro de Exteriores Ali Velayati, el comandante de los Guardias de la Revolución Mohsen Rezai y el comandante de la “Fuerza Quds”, Ahmad Vahidi. Todos ellos fueron señalados por la Justicia, en el fallo de abril de este año, como los responsables del atentado.
Otro de los señalados por la Justicia argentina y por el Mossad es Mohsen Rabbani, quien había llegado al país en 1983 y se había transformado en Consejero Cultural de la Embajada iraní en Argentina. Rabbani, según el Mossad, fue quien abrió las cuentas bancarias que recibieron los fondos para el financiamiento del atentado. Desde el momento en que se tomó la decisión en Mashhad, fueron transferidos desde Teherán aproximadamente 150.000 dólares que permitieron adquirir los fertilizantes para fabricar los explosivos, alquilar el depósito de armamentos, la compra del vehículo utilizado como coche-bomba y el sustento de la célula terrorista que se alojó en Buenos Aires.
Los motivos detrás del atentado
El fallo de Casación en abril precisó los motivos por los que Argentina fue seleccionada como blanco de los ataques terroristas por Hezbollah e Irán. Según la Cámara, la razón de que Argentina quedara en la mira de los terroristas fue “la decisión unilateral del gobierno argentino” de Carlos Menem de “cancelar tres contratos de provisión de material y de tecnología nuclear acordados con Irán, como consecuencia de un giro de la política exterior operado entre fines de 1991 y mediados de 1992″.
Según sostuvieron los jueces, la réplica del estado iraní frente a lo que consideró un intolerable incumplimiento argentino fue la decisión de ejecutar actos terroristas dirigidos contra objetivos judíos como una forma extrema de presión para que Argentina revirtiera por la fuerza su decisión de cancelar esos acuerdos.
Hezbollah en América Latina
El mes pasado, el juez federal Ariel Lijo decidió declarar de acceso público el informe elaborado por la entonces Secretaría de Inteligencia de la Presidencia de la Nación (SIDE) titulado “A.M.I.A. la conexión internacional”. El documento, elaborado con datos de la CIA estadounidense durante la presidencia de Eduardo Duhalde, se dio a conocer como el “informe Toma”, por Miguel Ángel Toma, quien dirigía la Secretaría de Inteligencia en aquel entonces, y revela detalles sobre el rol de los perpetradores del ataque y sus contactos en Paraguay, Chile y Brasil.
Según asegura Eitan Azani, Director de Investigaciones del Instituto Internacional de Contraterrorismo de la Universidad Reichman de Israel, Hezbollah es una organización que tiene capacidad global, que además actúa como representante de Irán y quiere promover sus objetivos en Latinoamérica. Según el especialista, Hezbollah tiene un presupuesto global de 2.000 millones de dólares aportados en buena medida por Irán, aunque no en su totalidad, y por ese motivo se involucra en diversas operaciones vinculadas con el crimen organizado como el narcotráfico.
Un ejemplo de esta diversificación de actividades criminales es la relación que mantiene en la zona de la Triple Frontera con el Primer Comando Capital (PCC), una de las mayores organizaciones criminales de Brasil. Según afirmó a Infobae Josefina Aghemo, exfiscal de Paraguay, el grupo terrorista libanés está asociado al PCC en diversas actividades criminales. Hezbollah mantiene estrechos lazos con comunidades de alrededor de un millón de libaneses chiítas asentadas en las ciudades brasileñas de Foz de Iguazú, San Pablo y Curitiba.
La semana pasada, Infobae reveló que parte de la célula terrorista que llevó a cabo los atentados en suelo argentino se instaló en Brasil, donde mantienen hasta el día de hoy empresas en funcionamiento.