El presidente de la AMIA, Amos Linetzky, y un grupo de familiares de víctimas hablarán el jueves en el acto central por el 30° aniversario del atentado, que el 18 de julio de 1994 provocó 85 muertos y al menos 151 heridos.
Al mismo asistirá el presidente argentino Javier Milei, quien estará entre las personalidades presentes sobre la calle Pasteur, junto con varios miembros de su gabinete, legisladores y otros políticos.
También concurrirán los mandatarios del Uruguay, Luis Lacalle Pou, y el Paraguay, Santiago Peña, acompañados de funcionarios de sus gobiernos.
El evento será conducido por Stefi Roitman, quien nació el día de la tragedia y fue elegida para simbolizar el paso del tiempo y lo que significan tres décadas de vida. La actriz y modelo viajará especialmente a la Argentina con este cometido. Y el momento musical estará a cargo de Axel.
Entre las delegaciones del exterior que llegaron a Buenos Aires para concurrir al acto se cuentan el Comité Judío Estadounidense (American Jewish Committee, AJC), la Liga Antidifamación del mismo país (Anti-Defamation League, ADL), el Consejo Representativo de las Instituciones Judías de Francia (Conseil Représentatif des Institutions Juives de France, CRIF), el Centro para Israel y Asuntos Judíos de Canadá (The Centre for Israel and Jewish Affairs, CIJA), la Junta de Diputados de los Judíos Británicos (Board of Deputies of British Jews), el Concejo Ejecutivo del Judaísmo Australiano (Executive Council of Australian Jewry), el Concejo Central de los Judíos de Alemania (Zentralrat der Juden in Deutschland), además de representantes de comunidades judías latinoamericanas y la embajadora de los Estados Unidos para Combatir el Antisemitismo, Deborah Lipstadt, y su adjunto, Aaron Keyak.
Desde un punto de vista político, este será el primer aniversario -más que simbólico, por cierto- del binomio Milei-Victoria Villarruel al frente del Poder Ejecutivo.
30 años de impunidad
El atentado a la AMIA, el 18 de julio de 1994, no solo marcó un doloroso capítulo en la historia de Argentina, sino que también se convirtió en un caso emblemático de las dificultades y fracasos de la justicia en el país. El ataque, que mató a 85 personas, ha sido investigado durante tres décadas y sus principales responsables siguen sin ser juzgados.
El 18 de julio de 1994, a las 9.53, un coche-bomba subió a la vereda e impactó contra el frente del edificio de la AMIA, en Pasteur 633. La camioneta Trafic llevaba en el furgón, entre los asientos y el buche de las ruedas traseras, la combinación entre nitrato de amonio, con el agregado para potenciar el nivel de destrucción de aluminio, un hidrocarburo pesado, trinitrotolueno (T.N.T.) y nitroglicerina.
La carga explosiva fue similar a unos 300 o 400 kilos de TNT. La explosión provocó la muerte de 85 personas y heridas en 151, además de destrozos en 200 metros a la redonda.
En abril pasado, la Cámara Federal de Casación Penal dictó dos sentencias claves en este caso. Por un lado confirmó la mayoría de las condenas por las graves irregularidades cometidas al inicio de la investigación del ataque, aunque modificó las penas en algunos casos y en otros el delito investigado. El ex juez Galeano quedó condenado a cuatro años, mientras que la sentencia para los ex fiscales Eamon Müllen y José Barbaccia quedó en dos años de prisión.
Además, confirmó la absolución del reducidor de autos Carlos Telleldín.
El fallo se transfomó en histórico porque en su voto el juez Carlos Mahiques sostuvo que el ataque contra la embajada de Israel en marzo de 1992 y la bomba que hizo explotar la sede de la AMIA el 18 de julio de 1994 “respondieron a un designio político y estratégico” de la República Islámica de Irán y ambos atentados fueron ejecutados por la organización terrorista Hezbollah.
El fallo sostuvo además que la voladura de la AMIA fue un crimen de “lesa humanidad” y abrió la puerta para la Argentina demande formalmente a Irán.
La investigación ha demostrado que los ataques a la AMIA y la Embajada de Israel están ligados a la organización terrorista libanesa Hezbollah y a funcionarios del gobierno iraní.
La causa identificó a los funcionarios y agentes iraníes y libaneses que intervinieron en el ataque terrorista a la sede de la AMIA, y concluyó que son diversas y sólidas las pruebas que confirman la responsabilidad que tuvieron Hezbollah y las máximas autoridades del gobierno iraní.
La Justicia argentina sostiene que los funcionarios iraníes considerados responsables de decidir, planificar y ejecutar el ataque fueron: Alí Akbar Hashemi Bahramaie Rafsanjani (a la época de los hechos presidente de la República Islámica de Irán), Alí Fallahijan (por entonces Ministro de Información iraní), Alí Akbar Velayati (en aquel tiempo Ministro de Relaciones Exteriores de la nación persa), Mohsen Rezai (por entonces a cargo del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria “Pasdaran”), Ahmad Vahidi (en aquella época a cargo de la fuerza de elite “Al Quds” perteneciente a la Guardia Revolucionaria), Mohsen Rabbani (al tiempo de los hechos Consejero Cultural de la Embajada iraní en Argentina), Ahmad Reza Asghari o Mohsen Randjbaran (en aquel entonces Tercer Secretario de la representación diplomática iraní en Argentina), y Hadi Soleimanpour (por entonces Embajador de la República Islámica de Irán en Buenos Aires).
También figura Imad Fayez Moughnieh, quien estaba a cargo del Servicio Exterior de la agrupación terrorista libanesa y acusado de dirigir el grupo que atacó la sede de la mutual judía en Buenos Aires. Según se pudo establecer, ya falleció al igual que el ex presidente Rafsanjani.
El fallo convalida la línea de investigación del fiscal especial Alberto Nisman, quien apareció muerto en 2015.
La semana pasada el Gobierno de Javier Milei presentó en el Congreso un proyecto de ley para la realización de Juicios en Ausencia, que permitiría juzgar a los iraníes señalados por la Justicia argentina como responsables del brutal atentado.