En un desarrollo sorprendente y poco común en la política israelí, el portavoz principal de las Fuerzas de Defensa de Israel (IDF), Daniel Hagari, puso en tela de juicio la meta proclamada por el primer ministro Benjamin Netanyahu de destruir a Hamas en la Franja de Gaza. En una entrevista televisiva, Hagari afirmó que “la idea de que podemos destruir a Hamas o hacer que desaparezca es engañosa para el público”. Este comentario marca una inusual confrontación pública entre el liderazgo militar y el político en Israel, revelando una grieta creciente en la estrategia y objetivos de la guerra en Gaza.
“Hamas es una ideología, no podemos eliminar una ideología. Decir que vamos a hacer desaparecer a Hamas es arrojar arena a los ojos de la gente”, declaró el contralmirante Hagari a la emisora israelí Canal 13.
Desde el inicio del conflicto, Netanyahu ha mantenido una postura firme y contundente: la guerra en Gaza debe terminar con la “victoria total” sobre Hamas. Para él, esto significa no solo la recuperación de los rehenes israelíes capturados por el grupo, sino también la completa erradicación de Hamas como fuerza militar y entidad gobernante en Gaza. Ha reiterado en múltiples ocasiones que no aceptará un final a las hostilidades sin alcanzar esta meta.
Ante las declaraciones de Hagari, la Oficina del Primer Ministro respondió rápidamente, subrayando que el gabinete de seguridad, liderado por Netanyahu, ha definido claramente la destrucción de las capacidades militares y gubernamentales de Hamas como uno de los principales objetivos de la guerra. “Las Fuerzas de Defensa de Israel (IDF) están, por supuesto, comprometidas con este objetivo,” indicó un comunicado oficial, reforzando la postura del primer ministro frente a las críticas y dudas expresadas desde el seno militar.
Esta confrontación es la manifestación más reciente de una tensión latente entre Netanyahu y la cúpula militar israelí, que ha emergido a lo largo de los meses de conflicto. Los líderes militares han argumentado que la derrota de Hamas solo sería posible si Israel logra reemplazarlo por otra autoridad gobernante en Gaza.
Durante los más de ocho meses de guerra, el ejército israelí ha lanzado múltiples incursiones en la Franja de Gaza, solo para observar cómo Hamas se reconstituye una vez que las fuerzas israelíes se retiran. “Lo que podemos hacer es fomentar algo diferente, algo que lo reemplace,” comentó Hagari, añadiendo que será decisión de los políticos determinar quién debería asumir el control en Gaza después de Hamas.
El prolongado conflicto ha impuesto una pesada carga tanto en los militares como en los civiles. El ejército israelí, que depende en gran medida de soldados reservistas, está experimentando un creciente agotamiento. Los reservistas han estado gestionando conflictos en múltiples frentes durante meses, incluyendo la frontera con el Líbano y la Cisjordania. Los analistas señalan que un fin a los combates en Gaza proporcionaría el respiro necesario para las fuerzas israelíes, especialmente si los enfrentamientos con Hezbollah se intensifican aún más.