Hezbollah lanzó un ataque con drones contra Israel en la noche del domingo, dejando un saldo trágico de al menos cuatro soldados israelíes muertos y siete gravemente heridos. Según confirmó el Ejército israelí, el ataque se produjo al campamento de entrenamiento de la Brigada Golani en Binyamina, cerca de Haifa.
De acuerdo con el servicio de emergencias israelí, Magen David Adom (MDA), en total hay 67 heridos.

El ataque fue llevado a cabo mediante varios drones pero uno logró atravesar el sistema de defensa israelí y explotó en Binyamina.
El Ejército está investigando por qué las alarmas antiaéreas no sonaron y por qué falló el sistema de defensa en interceptar los drones, informaron las FDI.
Después del ataque, Hezbollah afirmó haber lanzado “un escuadrón de drones de ataque” desde el Líbano, utilizando la cobertura de un bombardeo con cohetes para dificultar la detección previa. Este ataque se produce en medio de crecientes tensiones regionales que se intensificaron después de un ataque con misiles iraní el pasado 1 de octubre.
Poco antes del ataque con drones, el Ejército israelí capturó a un terrorista de Hezbollah en un túnel subterráneo durante operaciones en el sur del Líbano. Un comunicado oficial señala que el prisionero fue trasladado a Israel para ser interrogado, y que “las tropas descubrieron un pozo que conectaba con un complejo subterráneo” repleto de armas y equipos.
Mientras tanto, el ministro de Asuntos Exteriores de Irán, Abbas Araghchi, declaró que su país está “totalmente preparado para una situación de guerra” y advirtió que no tienen “líneas rojas” en la defensa de sus intereses.