Tras el letal atentado contra el consulado iraní en Damasco, que resultó en la muerte de siete efectivos de los Guardias Revolucionarios, el presidente de Irán, Ebrahim Raisí, prometió una firme respuesta contra Israel, al que atribuye directamente la responsabilidad de esta acción.
Raisí calificó el ataque como un acto terrorista en clara violación a las normativas internacionales, enunciando un compromiso de represalia por parte de Irán.
Esta declaración del mandatario llega después de una reunión crítica con el Consejo Supremo de Seguridad Nacional de Irán, donde se discutieron medidas a tomar frente a este enfrentamiento.
El ataque no solo causó la pérdida de vidas sino también daños significativos al edificio del consulado, destacando entre las víctimas a altos cargos militares iraníes presentes en Siria y Líbano.
El incidente marca el ataque más grave contra las fuerzas militares iraníes en Siria durante el año 2024, teniendo en cuenta anteriores agresiones que ya han cobrado vidas de otros generales de la Guardia Revolucionaria.
En respuesta a esta ofensiva, Irán ha enviado un claro mensaje al gobierno de Estados Unidos a través de la embajada suiza en Teherán, responsabilizándolo por su alianza principal con Israel.
El gobierno iraní ha enfatizado en una comunicación lo que considera una implicación directa de Estados Unidos debido a su soporte al estado de Israel.
La importancia de este evento radica en la tensión persistente entre Irán e Israel, dos naciones que se perciben mutuamente como amenazas existenciales. Irán se destaca como un soporte clave para Damasco en el conflicto sirio, proveyendo no solo apoyo militar sino también económico y político a su aliado estratégico en la región de Oriente Medio.
Pero además es el principal financista de los grupos terroristas Hezbollah y Hamas, que asedian Israel.