Tras varios días de intensos combates y más de 200 ataques aéreos, las fuerzas israelíes han dado por concluidas las operaciones en la zona de Jabalia, en el norte de Gaza, mientras se adentraban en Rafah, en el sur de Gaza, para atacar lo que consideran el último bastión importante de los batallones de Hamas.
Las tropas israelíes encontraron lanzacohetes y otras armas, así como pozos de túneles de Hamas en el centro de Rafah, según informó el ejército el viernes. Así Israel está intensificando su ofensiva para desarticular las unidades de combate militantes que, según afirma, están atrincheradas en la ciudad fronteriza con Egipto. En un comunicado, el ejército israelí dijo que las tropas habían completado su operación y se habían retirado para prepararse para otras operaciones en Gaza.
Durante los combates, las tropas recuperaron los cadáveres de siete de los 250 rehenes que los militantes dirigidos por Hamas secuestraron el 7 de octubre del año pasado.
Israel aseguró que no aceptará ningún cese de los combates que no forme parte de un acuerdo que incluya la devolución de los rehenes. Hamas había dicho el jueves que estaría dispuesta a llegar a un acuerdo que incluyera un intercambio de rehenes por prisioneros palestinos retenidos en Israel, siempre que los israelíes detuvieran la guerra.
Las tropas israelíes mataron a cientos de terroristas en combates cuerpo a cuerpo, se incautaron de grandes almacenes de armamento y se destruyeron lanzacohetes preparados para su uso. Se cree que más de 300 combatientes palestinos fueron asesinados por los militares israelíes.
Las fuerzas israelíes también desarticularon una red de túneles repletos de armas de más de 10 km de longitud.
El Secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, instó el miércoles a Israel a presentar un plan de posguerra para Gaza, advirtiéndole de que, sin él, los avances militares podrían no ser duraderos, y podría sobrevenir la anarquía, el caos y la reaparición de Hamas.