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La guerra de Gaza se acerca a su siguiente fase pero está lejos de terminar

Israel se prepara para finalizar las operaciones de combate intensivo en Gaza, enfocándose específicamente en la ciudad de Rafah. Este punto crítico marca un hito en la campaña militar, mientras los líderes israelíes planifican el siguiente paso en una prolongada campaña de contrainsurgencia.

Tras semanas de enfrentamientos intensos, las fuerzas israelíes están concluyendo su operación en Rafah, un bastión clave de Hamas en el sur de Gaza. Esta fase final de combate busca desmantelar las capacidades militares del grupo y asegurar la zona para futuras operaciones de baja intensidad. Sin embargo, a pesar de los avances en el terreno, la estabilidad en la región sigue siendo un objetivo distante.

Con el fin de reducir la cantidad de tropas desplegadas en Gaza, Israel se prepara para una campaña de contrainsurgencia prolongada. Esta estrategia implicará operaciones más selectivas y menos intensivas, pero mantendrá la región en un estado de violencia y tensión. La meta es limitar la capacidad de Hamas para reorganizarse y operar, utilizando incursiones y ataques aéreos basados en inteligencia precisa.

Presencia militar israelí

A pesar de la reducción en las operaciones de combate, Israel mantendrá una fuerte presencia militar en las fronteras de Gaza y en dos corredores estratégicos: el Corredor de Netzarim y el Corredor de Filadelfia. Estos corredores son esenciales para la movilidad rápida de tropas y para impedir el contrabando de armas hacia Gaza. La presencia continua en estas áreas es crucial para controlar los movimientos de Hamas y prevenir su reabastecimiento.

El cambio hacia operaciones de menor intensidad permitirá a Israel reasignar tropas a otras áreas estratégicas, especialmente su frontera norte. La amenaza de hostilidades más amplias con el grupo militante libanés Hezbollah ha aumentado, y la liberación de tropas de Gaza permitirá fortalecer esta línea de defensa crítica. Según Assaf Orion, ex general de brigada israelí, esta redistribución liberará formaciones de alta calidad, incluyendo divisiones blindadas y brigadas de infantería regular, esenciales para enfrentar cualquier escalada en el norte.

Fase de operaciones de baja intensidad

En esta nueva etapa, las operaciones se centrarán en incursiones y ataques aéreos específicos. Este enfoque busca mantener la presión sobre Hamas y evitar su reagrupamiento sin la necesidad de una presencia masiva de tropas en Gaza. El primer ministro Benjamin Netanyahu y el jefe del Estado Mayor, Herzi Halevi, han indicado que la transición a esta fase ocurrirá “muy pronto”, subrayando que la operación en Rafah está cerca de completarse.

La evolución de la estrategia militar en Gaza también tiene implicaciones para la frontera norte de Israel. Hezbollah, el grupo militante con base en Líbano, representa una amenaza significativa y mejor armada que Hamas. El ministro de Defensa, Yoav Gallant, ha insinuado que el cambio en la fase de combate en Gaza afectará el desarrollo de las situaciones en todas las fronteras, lo que sugiere una posible escalada en el norte.

La guerra ha seguido un enfoque en tres fases: preparación para la invasión terrestre, operaciones terrestres intensivas y, ahora, la transición a operaciones de baja intensidad. Cada fase ha tenido como objetivo debilitar significativamente a Hamas y su infraestructura militar. Aunque la primera fase estableció las bases para la invasión terrestre, la segunda fase ha sido crucial para desmantelar las fuerzas armadas de Hamas en áreas clave como Rafah.

Líderes como el primer ministro Netanyahu y el ministro de Defensa Gallant han reiterado la determinación de Israel de continuar las operaciones hasta que Hamas ya no pueda gobernar Gaza. Gallant, en conversaciones con funcionarios estadounidenses, ha enfatizado que Israel se está preparando para “todos los escenarios”, lo que incluye tanto esfuerzos militares como diplomáticos. Este enfoque integral destaca la complejidad y la gravedad del conflicto en curso.