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Alemania y Países Bajos instan a sus ciudadanos a abandonar Líbano por temor a una guerra entre Israel y Hezbollah

En medio de un clima de creciente tensión en el Medio Oriente, Alemania y Países Bajos han emitido alertas urgentes a sus ciudadanos, instándolos a abandonar Líbano de inmediato. Estas advertencias siguen a la similar emitida por Canadá días atrás, reflejando la preocupación internacional ante la escalada de conflictos entre Israel y el grupo terrorista Hezbollah.

El Ministerio de Asuntos Exteriores de Alemania actualizó su advertencia de viaje, destacando que “la situación de seguridad en la región es altamente volátil” debido a los enfrentamientos en aumento a lo largo de la frontera entre Israel y Líbano. La advertencia subraya que una “escalada adicional de la situación y expansión del conflicto no puede ser descartada”, especialmente en el sur de Líbano, incluidas áreas urbanas del sur de Beirut y el Valle de Bekaa.

De igual manera, el Ministerio de Asuntos Exteriores de los Países Bajos reiteró su llamado urgente para que sus ciudadanos abandonen Líbano mientras aún haya vuelos comerciales disponibles. Ambas naciones destacan la posibilidad de una suspensión completa del tráfico aéreo desde el Aeropuerto Internacional Rafik Hariri, lo que haría imposible salir del país por vía aérea.

Escalada de tensiones entre Israel y Hezbollah

Las tensiones entre Israel y Hezbollah han ido en aumento desde el 8 de octubre, un día después del ataque de Hamas a Israel, cuando Hezbollah lanzó una serie de ataques con misiles y drones. Hassan Nasrallah, líder de Hezbollah, ha declarado que estos ataques continuarán como un “frente de apoyo” para Hamas. Los enfrentamientos se han intensificado desde mediados de mayo, con Hezbollah apuntando a objetivos cercanos a la frontera y bases militares israelíes.

La violencia ha tenido un impacto devastador en las comunidades cercanas a la frontera. Al inicio del conflicto, Israel evacuó a las personas que vivían dentro de un radio de 2 km de la frontera, desplazando a unas 60,000 personas. Las evacuaciones fueron una respuesta necesaria al continuo bombardeo de Hezbollah, que ha hecho insostenible la vida en la región. Familias enteras han tenido que abandonar sus hogares, buscando refugio en áreas más seguras.

Las Fuerzas de Defensa de Israel (IDF) han comenzado a desplegar unidades hacia el norte, preparándose para una posible ofensiva terrestre contra Hezbollah. El 18 de junio, la IDF anunció que su comando general había “autorizado planes operativos para una ofensiva en Líbano”. En caso de una incursión terrestre, Israel buscaría ocupar una “zona de seguridad” para proteger a sus comunidades del alcance de los misiles de Hezbollah.

No obstante, una incursión terrestre probablemente desencadenaría una respuesta más feroz de Hezbollah, que podría lanzar misiles de largo alcance hacia el interior de Israel. Para prevenir esto, Israel podría atacar primero los lanzadores de misiles y los cuarteles de Hezbollah, muchos de los cuales están situados en áreas civiles, lo que resultaría en un alto número de bajas civiles.