El brutal ataque terrorista perpetrado por Hamas el 7 de octubre en Israel dejó un saldo de más de 1200 asesinados. Ese día, en su infiltración desde Gaza, militantes del grupo terrorista secuestraron a 253 personas, sin distinción de sus edades, sus nacionalidades, sus actividades o su género. Soldados, jóvenes, adultos mayores y niños – incluído un bebé de 9 meses – fueron tomados como rehenes por Hamas, la Jihad Islámica y otras agrupaciones terroristas palestinas.
Desde ese día, 112 secuestrados fueron liberados, incluyendo intercambios de rehenes por prisioneros palestinos y rescates de las Fuerzas de Defensa de Israel, que llevan más de cinco meses operando en la Franja de Gaza. Entre los liberados se encuentran 81 ciudadanos israelíes y 24 trabajadores extranjeros –en su mayoría tailandeses- que trabajaban en los campos agrícolas del sur de Israel.
A pesar de que el número estimado de secuestrados es de 130, se cree que son 97 los rehenes israelíes que aún permanecen con vida. Según reveló la oficina del Primer Ministro israelí, el grupo terrorista Hamas conserva los cuerpos de 33 secuestrados que murieron en cautiverio.
Aunque se cree que Hamas tiene en su poder a la mayoría de los secuestrados, se cree que algunos están en manos de otros grupos militantes, como la Jihad Islámica Palestina, cuyos combatientes también participaron en el atentado del 7 de octubre. Israel responsabiliza a Hamas por la muerte de algunos rehenes, que habrían sido alcanzados por los ataques israelíes en la Franja.
Entre los secuestrados se encuentran unos 10 estadounidenses y 8 argentinos. Si bien una decena fue tomada como rehen, sólo dos niños permanecen en Gaza: el argentino Kfir Bibas, que tenía 9 meses cuando fue secuestrado, y su hermano Ariel, de 4 años. Hamas informó que tanto los niños como su madre Shiri fueron asesinados, pero ni el ejército ni la inteligencia israelí han podido corroborar esta afirmación, por lo que se cree que siguen secuestrados.