El director de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) de los Estados Unidos, William J. Burns, llegó a Egipto para discutir las negociaciones sobre el cese del fuego entre Israel y Hamas. Burns se reunió con el presidente egipcio, Abdel Fattah el-Sisi, en El Cairo.
Los mediadores, entre los que se encuentran Estados Unidos, Egipto y Qatar, se han esforzado por mantener vivas las conversaciones tras medio año de estancamiento. “Estamos intentando cerrar las brechas lo mejor que podemos”, dijo este lunes el portavoz de la Casa Blanca, John F. Kirby. El funcionario restó importancia a los comentarios públicos de Israel y Hamas sembrando dudas sobre el acuerdo, diciendo que “no reflejan necesariamente las conversaciones que estamos manteniendo en privado con ellos o con sus interlocutores”.
El jefe del Mossad israelí, David Barnea, hizo un viaje relámpago a Doha para reunirse con el primer ministro y jefe de la diplomacia de Qatar, Mohamed bin Abdulrahman al Thani, para discutir la propuesta planteada por Hamas el miércoles, que incluiría la liberación de los rehenes que quedan dentro de la Franja.
Si bien ambas partes ven de forma positiva la última ronda de negociaciones, siguen habiendo “líneas rojas” que separan a las partes. Por el lado de Hamas, pretenden acordar el fin definitivo de la guerra en Gaza, mientras que para Israel es indispensable lograr sus objetivos de guerra, entre los que se encuentran acabar con las capacidades militares y de gobierno de los terroristas, recuperar a todos los secuestrados y garantizar el retorno seguro de los evacuados en el norte y sur del país a sus casas. “Estamos más cerca que nunca”, llegó a decir el ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant, sobre el avance de la negociación.
“Cualquier acuerdo permitirá a Israel retomar los combates hasta que todos los objetivos de la guerra sean alcanzados”, indicó ayer el primer ministro Benjamín Netanyahu, quien tras el viaje instruyó a su equipo negociador a regresar a Doha para retomar las negociaciones para un acuerdo de tregua, aunque admitió que todavía quedaban “brechas” en las posturas de ambas partes.