Ebrahim Raisi, el jefe de Estado de línea dura de Irán, murió el 20 de mayo de 2024 después de que el helicóptero en el que se trasladaba se estrellara cerca de la frontera con Azerbaiyán.
El accidente también causó la muerte de varios altos funcionarios, entre ellos el ministro de Asuntos Exteriores, Hossein Amirabdollahian, y el gobernador de la provincia iraní de Azerbaiyán Oriental, Malek Rahmati. El régimen iraní confirmó el accidente y las condiciones meteorológicas adversas que enmarcaron el incidente, según difundió la agencia estatal de noticias IRNA.
El helicóptero, un Bell 212, formaba parte de un convoy de tres aparatos. Mientras que las otras dos naves aterrizaron sin problemas en Tabriz, el helicóptero de Raisi sufrió un “aterrizaje brutal”, según las agencias oficiales del régimen.
El helicóptero se había perdido durante horas debido a la niebla y la complicada geografía del área. Mohammad Mokhber, el primer vicepresidente, ha asumido las funciones de presidente interino hasta que se celebren nuevas elecciones en aproximadamente 50 días.
Raisi estaba en la región fronteriza para inaugurar una presa junto al presidente de Azerbaiyán, Ilham Aliyev, una de las tres construidas en el río Aras en colaboración entre ambos países. La visita se celebró a pesar de las tensas relaciones diplomáticas entre Irán y Azerbaiyán, que incluyeron un ataque a la embajada de Azerbaiyán en Teherán en 2023 y la colaboración diplomática de Azerbaiyán con Israel, considerada por Irán como un enemigo regional.
Raisi respaldaba públicamente a Hamas, organización terrorista que financiaba desde el régimen persa. E, inlcuso, lanzó un ataque inédito el 13 de abril contra Israel, con 350 drones y misiles, la mayor parte de los cuales fueron interceptados con la ayuda de Estados Unidos y de otros países aliados.
Raisi figura en la lista negra estadounidense de dirigentes iraníes sancionados por “complicidad” en “graves violaciones de los derechos humanos”, unas acusaciones que las autoridades de Teherán rechazan.
La desaparición de Raisi agrega presión sobre el ayatolá Ali Jamenei, quien tiene 85 años. Raisi, de 63 años, estaba considerado como un posible sucesor de Jamenei y había enfrentado sanciones de Estados Unidos por su participación en la ejecución masiva de prisioneros en 1988. Anteriormente, Raisi dirigió el poder judicial de Irán y fue candidato presidencial en 2017 y 2021, en esta última elección ganó con el 62% de los votos.
Raisi nació en noviembre de 1960 en Mashhad y tuvo una carrera de varias décadas en el ámbito judicial iraní. Fue fiscal general de Karaj y de Teherán, además de desempeñar diversas funciones dentro de la estructura judicial del país.
A lo largo de su mandato, Raisi defendió el enriquecimiento de uranio cercano al nivel de armas y respaldó a los servicios de seguridad que reprimieron fuertemente las protestas, incluidas las que surgieron tras la muerte de Mahsa Amini en 2022. Las elecciones legislativas de marzo de 2023 reforzaron su posición, aunque su presidencia estuvo marcada por el enfrentamiento constante con potencias occidentales y tensiones internas significativas.