El gobierno de Israel ha decidido de forma unánime continuar con los preparativos para una posible ofensiva en Rafah, ubicado en la Franja de Gaza, a pesar de haber acordado enviar una delegación de mediadores con el objetivo de explorar todas las vías de diálogo disponibles.
Esta decisión surge en un contexto donde se busca satisfacer las demandas israelíes, aunque Benjamin Netanyahu, Primer Ministro de Israel, ha señalado que la iniciativa de paz propuesta por Qatar y Egipto, y aceptada por Hamas, no cumple con las expectativas israelíes.
La oficina del Primer Ministro ha subrayado en un comunicado que el plan de alto el fuego, el cual ha recibido el visto bueno de Hamas, dista mucho de los requisitos exigidos por Israel. Esto incluye la liberación de los rehenes tomados por las milicias el 7 de octubre y el cumplimiento de otros objetivos militares.
Según declaraciones a Al Jazeera, un alto representante de Hamas ha detallado que el acuerdo contempla tres etapas, cada una de ellas de 42 días, con la meta final de alcanzar un cese al fuego duradero, incluyendo la retirada total de Israel de la Franja de Gaza y un intercambio de prisioneros.
Un funcionario israelí, quien prefirió mantener su identidad en anonimato, ha expresado a Reuters preocupaciones sobre la propuesta de tregua aceptada por Hamas, catalogándola como una versión atenuada de una iniciativa previa de Egipto.
Estas declaraciones sugieren la existencia de importantes discrepancias y la percepción de que este movimiento por parte de Hamas podría ser un esfuerzo por presentar a Israel como la parte reticente a aceptar una solución pacífica. Este escenario plantea serios interrogantes sobre el futuro inmediato en la región y la posibilidad de alcanzar una paz sostenible entre ambas partes.