En un informe enviado la semana pasada a Alice J. Edwards, relatora especial de la ONU sobre la tortura y otros tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes, el Ministerio de Sanidad israelí detalló la violencia sexual y las torturas sufridas por los rehenes cautivos de Hamas, incluidos los niños. Entre los tratos recogidos de los secuestrados liberados en noviembre de 2023 se mencionan fuertes palizas, marcas, violencia sexual, privación de alimentos y agua, tortura psicológica y humillaciones varias.
Se trata del primer informe oficial del Ministerio de Sanidad sobre las experiencias de los rehenes. De acuerdo al reporte, los secuestrados heridos el 7 de octubre de 2023 durante el ataque terrorista de Hamas no recibieron tratamiento médico adecuado, y si recibieron atención médica, fueron tratados sin anestesia. Además, no se trataron las afecciones médicas preexistentes, y al menos un cautivo murió y varios otros necesitaron atención médica de urgencia inmediata tras regresar a Israel durante el acuerdo de alto el fuego y liberación de rehenes del año pasado.
La mitad de los que regresaron estaban hambrientos, según los datos médicos. Cuando regresaron, algunos mostraban signos de que los captores los habían sobrealimentado para mejorar su aspecto y su peso antes de devolverlos.
Desde el momento en que los rehenes fueron llevados a la Franja de Gaza -habiendo presenciado la terrible violencia y muerte de sus amigos y familiares, así como la destrucción de sus hogares en el sur de Israel durante la masacre- “soportaron palizas, humillaciones y violencia verbal, física y sexual durante el viaje”.
Dos de los niños que regresaron informaron de que los habían atado juntos, y otros dos tenían señales de marcas que los testigos que regresaron dijeron que les habían infligido intencionadamente. Además, uno de los niños que regresaron denunció haber sido agredido sexualmente a punta de pistola, mientras que otros fueron obligados a desnudarse y a realizar actos sexuales entre ellos mientras eran observados por los terroristas. También les azotaron los genitales, según el informe.
El informe señala que a algunos rehenes los mantuvieron durante días en la oscuridad, con las manos y los pies atados, y recibieron poca comida y agua. Les golpearon por todo el cuerpo y a algunos les arrancaron el pelo.
Según el informe, las condiciones en las que estuvieron retenidos les han causado numerosas secuelas psicológicas. De acuerdo al reporte, algunos sufren de “culpa del sobreviviente”, son reticentes a hablar de sus experiencias por miedo a represalias contra los que siguen cautivos, e incluso desean volver al cautiverio para ayudar a los que siguen en manos de los terroristas.
Muchos de los que regresaron no tenían hogares a los que volver, ya que sus comunidades siguen en ruinas. Algunos tenían poco o ningún apetito después de regresar, mientras que otros comían en exceso, de manera irracional, por miedo a no tener nada que comer al día siguiente.