Este fin de semana concluyó sin avances la negociación en El Cairo para buscar un acuerdo entre Israel y Hamas que ponga fin a la guerra en Gaza y permita el regreso de los israelíes secuestrados por los terroristas. Pese a la presión diplomática de la Casa Blanca, siguen las diferencias sobre el control militar de los corredores de Philadeplhi y Netzarim, dos sectores de la Franja de Gaza que el grupo terrorista siempre utilizó para el contrabando de armas.
En las conversaciones de El Cairo estuvieron los directores del Mossad y del Shin Bet, David Barnea y Ronen Bar; el jefe de la CIA, William Burns; el enviado especial para Medio Oriente, Brett McGurk; el primer ministro de Qatar, Mohamed bin Abderrahmán, y el titular de la Inteligencia egipcia, Abás Kamel. Mientras se celebraban las negociaciones, Israel y Hezbollah intercambiaban fuego cruzado, elevando las tensiones que llevan más de 10 meses.
El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, pretende garantizar la seguridad del corredor Philadelphi-ubicado en paralelo a la frontera de Egipto con Gaza- y exige allí la permanencia de sus tropas para evitar que Hamas utilice ese cruce para recuperar su poder armamentístico. La organización terrorista rechaza la decisión militar del premier israelí y tiene el apoyo táctico de Egipto, que se opone a la presencia de fuerzas israelíes tan cerca de su propio territorio.
La postura de Netanyahu puso en un callejón sin salida a las negociaciones que empujan Estados Unidos, Egipto y Qatar y todo se encamina a convertirse en un nuevo fracaso diplomático.
Netanyahu también exige presencia militar en el corredor Netzarim, que los palestinos de Gaza utilizan para atravesar el enclave de norte a sur. El temor de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) es que los refugiados que usen el corredor sean reclutados por Hamas para contrabandear de armas o facilitar el movimiento de los terroristas que pretenden regresar a su base de operaciones.
Biden llamó a Netanyahu para pedir que aplaque sus exigencias sobre los niveles de seguridad militar. El mandatario israelí aceptó su planteo, y a continuación, solicitó a su staff del Gabinete de Guerra que diseñe un conjunto de mapas que fueron entregados a Hamas vía los servicios de inteligencia de Egipto. Esos mapas describen la cantidad de tropas y su lugar específico de despliegue en los corredores, que se transformaron en el eje de la negociación para lograr un cese del fuego.
Hamas se tomó 24 horas para contestar sobre la viabilidad de la propuesta de Israel, y al final anunció su negativa. La organización terrorista exige que Israel retire todas sus tropas de Gaza, una condición que Netanyahu no está dispuesto a satisfacer.