Esta tarde, el presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, mantuvo una conversación telefónica con el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, para discutir los planes de Israel de tomar represalias contra Irán por su ataque con misiles del martes pasado. El diálogo entre los mandatarios, el primero en dos meses, tuvo lugar mientras los medios estadounidenses informan de una creciente frustración en Washington por la falta de voluntad de Jerusalén de compartir detalles sobre sus planes.
La conversación en una línea segura, en la que también participó la vicepresidenta Kamala Harris, comenzó poco después de las 10:30 de la mañana, informaron los medios de comunicación israelíes. La Casa Blanca confirmó la conversación y la oficina del primer ministro israelí compartió una foto en redes sociales de la llamada, en la que también participaron el asesor diplomático Ophir Falk, el secretario militar Roman Gofman, el Jefe de Estado Mayor Tzachi Braverman y el jefe adjunto del Consejo de Seguridad Nacional Gil Reich, entre otros asesores.
ראש הממשלה בנימין נתניהו בשיחה כעת עם נשיא ארצות-הברית ג'ו ביידן, בלשכת ראש הממשלה בירושלים. pic.twitter.com/bCLa4gtUVj
— ראש ממשלת ישראל (@IsraeliPM_heb) October 9, 2024
Los funcionarios estadounidenses creen que si Israel reacciona a los ataques yendo tras los emplazamientos más sensibles de Irán, el resultado podría ser una escalada descontrolada y una guerra abierta entre la República Islámica y el Estado judío, algo que el Gobierno de Biden está decidido a evitar. Sin embargo, una y otra vez en el último año, el líder israelí ha ignorado en gran medida al presidente estadounidense, apostando a que Biden no tenía la latitud política para cortar las armas o la ayuda a Jerusalén.
Por su parte, Netanyahu cree que los constantes esfuerzos de Biden por lograr un alto el fuego en Gaza y, más recientemente, en Líbano, habrían desperdiciado la mejor oportunidad de Israel en décadas para hacer frente a la crisis.
Estados Unidos, al igual que todo Medio Oriente, ha estado en vilo a la espera de la respuesta a los cerca de 200 misiles balísticos lanzados por Teherán la semana pasada, y ha tratado de disuadir a Israel de llevar adelante una respuesta “desproporcionada”. Sin embargo, a pesar de sus esfuerzos por limitar la respuesta israelí pidiendo que evite atacar instalaciones petrolíferas o nucleares, Estados Unidos no tiene información sobre los próximos pasos de Netanyahu, ya que Jerusalén se ha negado a compartir con su aliado cualquier detalle de sus planes, según informó el miércoles el Wall Street Journal.
Esto ha agravado la creciente frustración en Washington, según funcionarios estadounidenses citados en distintos medios, que se ha visto sorprendido por las acciones de Israel contra el grupo terrorista Hezbollah en las últimas semanas, incluido el asesinato de su líder, Hassan Nasrallah.
La falta de comunicación dio lugar a un brusco intercambio entre el Secretario de Defensa estadounidense, Lloyd Austin, y el Ministro de Defensa de Israel, Yoav Gallant, cuando el israelí llamó a su par norteamericano para informarle del ataque contra Nasrallah después de que se produjera.
Estados Unidos, a pesar de su malestar, contribuyó a la defensa de Israel el 1 de octubre, interceptando alrededor de una docena de misiles iraníes. Inmediatamente después del ataque con misiles iraní, el asesor de Seguridad Nacional de EE.UU., Jake Sullivan, había advertido a Irán de que habría “graves consecuencias por este ataque, y trabajaremos con Israel para que así sea”. Aún así, Israel se ha mantenido reticente y ha decidido mantener a la administración estadounidense en las sombras sobre la respuesta.
La llamada fue la primera comunicación directa entre los mandatarios en más de 50 días, lo que desnuda el mal vínculo que mantienen ambos líderes. La desconfianza entre Biden y Netanyahu ha dado lugar a que Gallant, ampliamente considerado como una voz de relativa moderación, sea el contacto preferido de los norteamericanos en el Gobierno israelí.
Según The Times of Israel, Netanyahu impidió que Gallant partiera en las últimas horas para una visita de un día a EE.UU. donde iba a reunirse con Austin y Sullivan para hablar de las represalias previstas por Israel contra Irán. El freno del primer ministro se debió a que deseaba hablar él mismo con Biden sobre Irán antes de que el ministro de Defensa viajara a Washington.
Con ese fin, Netanyahu hizo varios intentos infructuosos en los últimos días para ponerse en contacto con el presidente directamente, dijo un funcionario israelí a The Washington Post el martes. Esa información fue negada por miembros de la administración de Biden, que aseguran que estaban planeando que los líderes hablaran a finales de esta semana.