La muerte de Hassan Nasrallah ha dejado un vacío significativo en Hezbollah, la organización terrorista respaldada por Irán que él lideró durante más de tres décadas. Nasrallah, que se convirtió en una figura central en la política libanesa fue abatido en un ataque aéreo en los suburbios de Beirut, marcando un golpe importante para el grupo en medio del conflicto más intenso de sus 42 años de historia.
La mirada ahora se centra en Hashem Safieddine, quién podría asumir el liderazgo del grupo terrorista. El domingo la cadena Al Arabiya y varios medios árabes informaron que Safieddine ya había sido designado por las autoridades del grupo terrorista. Sin embargo, The Jerusalem Post indicó por la noche que Hezbollah aclaró en su canal oficial de Telegram que todavía no había nombrado a su nuevo jefe.
Safieddine es un nombre que resuena dentro de Hezbollah desde hace años, ocupando posiciones estratégicas tanto políticas como militares. Como líder del Consejo Ejecutivo, supervisa las actividades políticas del grupo terrorista y es una de las figuras de mayor confianza en la estructura de mando. Además, su participación en el Consejo de la Yihad, que se encarga de dirigir las operaciones militares de Hezbollah, le confiere un papel importante en la toma de decisiones de combate y planificación estratégica.
Safieddine no solo es un cercano aliado político de Nasrallah, sino que también tiene vínculos familiares directos con él, ya que son primos. Esta relación, sumada a su condición de clérigo que viste el turbante negro, símbolo de su linaje como descendiente del profeta Mahoma, le otorgan un estatus privilegiado dentro de la organización terrorista. Su presencia y autoridad dentro de los diferentes niveles de Hezbollah lo perfilan como un sucesor natural.
Declaraciones y postura pública
Las declaraciones de Safieddine han reflejado constantemente la línea dura de Hezbollah en temas regionales, particularmente en su confrontación con Israel y su apoyo a la causa palestina. Safieddine ha sido claro y contundente en su retórica: en un discurso reciente en Dahiyeh, el bastión de Hezbollah en el sur de Beirut, mostró solidaridad con los combatientes palestinos, afirmando que la historia y los recursos armamentísticos del grupo estaban “con ustedes”. Esta postura militante está en sintonía con la filosofía de resistencia que Hezbollah ha mantenido desde su fundación.
En junio de 2017, tras la muerte de otro comandante de Hezbollah, Safieddine emitió una amenaza directa contra Israel, augurando una “gran escalada” y advirtiendo que el “enemigo” debería prepararse para “llorar y lamentarse”. Esta retórica agresiva no solo reafirma su compromiso con la lucha armada, sino que también refuerza su imagen como un líder que sigue fielmente la línea de confrontación directa establecida por Nasrallah.
En 2017, el Departamento de Estado de EEUU incluyó a Hashem Safieddine en su lista de terroristas internacionales, acusándolo de participar en actividades terroristas y operaciones armadas de Hezbollah en Oriente Medio. Esta designación no solo lo identificó como una amenaza directa, sino que también reflejó el papel que desempeña en el liderazgo estratégico y militar del grupo. La decisión de Estados Unidos fue parte de una campaña más amplia para presionar a Hezbollah y sus aliados, limitando su acceso a recursos financieros y militares.
Influencia de Safieddine dentro de Hezbollah
A lo largo de los años, Hassan Nasrallah preparó cuidadosamente a Safieddine para asumir roles de liderazgo clave dentro de la organización. Según algunos analistas, Nasrallah empezó a colocar a Safieddine en diferentes consejos y posiciones dentro de Hezbollah, algunas más visibles que otras, para fortalecer su perfil y prepararlo para tareas de mayor relevancia.
Además de su preparación formal, Safieddine comparte una similitud física con Nasrallah y mantiene una postura religiosa y política alineada con la del fallecido líder. Esto ha ayudado a construir una percepción de continuidad y estabilidad dentro de las filas de Hezbollah. La combinación de sus lazos familiares, su perfil religioso y su experiencia política y militar le otorgan una ventaja considerable en el proceso de sucesión.