Hamas ha adoptado un enfoque militar basado en la guerra de guerrillas, aprovechando al máximo el terreno y las infraestructuras locales. Después del ataque coordinado y de gran escala del 7 de octubre, donde miles de comandos uniformados invadieron las fronteras israelíes y causaron la muerte de aproximadamente 1.200 personas, el grupo terrorista ha optado por tácticas de combate más encubiertas y descentralizadas.
Una de las estrategias más destacadas de Hamas es el uso extensivo de una red subterránea de túneles. Estos túneles no solo sirven como refugio para los terroristas, sino también como almacenes de armas y rutas de transporte ocultas. En general, las entradas a estos túneles están situadas en casas, mezquitas y otros edificios civiles, dificultando su detección por parte de las fuerzas israelíes.
Desde estos túneles, los terroristas de Hamas pueden emerger repentinamente, lanzar ataques y regresar rápidamente a la seguridad subterránea, evitando así enfrentamientos directos con las tropas israelíes.
Las emboscadas y las trampas explosivas son tácticas comunes empleadas por Hamas. Los terroristas suelen esperar hasta que los soldados israelíes se han asentado en un área antes de lanzar su ataque. Utilizan explosivos y minas para atacar vehículos y tropas, y a menudo instalan estas trampas en edificios abandonados o en áreas que los israelíes creen seguras.
Hamas también emplea métodos de señuelos, dejando indicios visibles de su presencia, como banderas o piezas de identificación israelí.
Otra táctica clave es el uso de disfraces civiles. Los terroristas de Hamas a menudo se mezclan con la población local, vistiéndose con ropa común. Esto les permite moverse sin ser detectados y lanzar ataques sorpresa.
Además, han utilizado infraestructuras civiles como hogares, hospitales y mezquitas para ocultar armas y municiones, lo que complica aún más la tarea de las fuerzas israelíes de distinguir entre combatientes y no combatientes.
Comparación de Tácticas
La transición de Hamas de un ejército coordinado a una fuerza de guerrilla ha sido una respuesta estratégica a la superioridad tecnológica y numérica de Israel, explica The New York Times. Esta adaptabilidad se ha manifestado en varias formas, desde la planificación meticulosa de emboscadas hasta el uso de túneles y disfraces civiles.
El ataque del 7 de octubre representó una ofensiva masiva y bien coordinada, con miles de terroristas uniformados cruzando la frontera y atacando pueblos israelíes. Este ataque inicial demostró la capacidad de Hamas para organizar operaciones a gran escala. Sin embargo, a medida que la guerra se ha prolongado, Hamas ha adaptado sus tácticas para aprovechar su conocimiento del terreno y la densidad urbana de Gaza.
En lugar de confrontar directamente a las fuerzas israelíes, los combatientes de Hamas han optado por retirarse a sus túneles y lanzar ataques sorpresa desde ubicaciones ocultas. Esta estrategia no solo les permite evitar pérdidas directas en combate, sino que también prolonga el conflicto, obligando a Israel a enfrentarse a una guerra de desgaste.
Las técnicas de guerrilla empleadas por Hamas se centran en la evasión y la sorpresa. En lugar de mantener posiciones fijas, los combatientes se mueven constantemente a través de la red de túneles, emergiendo solo para lanzar ataques y desaparecer rápidamente. Esto contrasta con las confrontaciones frontales, donde ambos bandos se enfrentan directamente en el campo de batalla.
Hamas ha entrenado a sus combatientes para soportar condiciones extremas, incluyendo la escasez de alimentos y agua, y para mantener la calma y la concentración durante largos períodos de espera en sus escondites. Esta preparación les permite lanzar ataques precisos y bien coordinados, incluso en medio de la confusión del combate.
El enfoque de Hamas ha tenido un impacto significativo en la forma en que se desarrolla el conflicto en Gaza. La capacidad de los terroristas para mezclarse con la población civil y utilizar infraestructuras civiles como escudos ha complicado enormemente la respuesta militar de Israel.
Además, la prolongación del conflicto ha llevado a un aumento de las críticas internacionales hacia las tácticas de ambos bandos y ha intensificado el debate sobre la situación humanitaria en Gaza.