Yahya Sinwar, el máximo dirigente de Hamas en la Franja de Gaza, no se esconde en Rafah, según revelaron funcionarios estadounidenses a The New York Times. De ser así, esta información que podría socavar la justificación israelí para llevar a cabo importantes operaciones militares en la ciudad del sur de Gaza.
Funcionarios estadounidenses afirman que las agencias de inteligencia israelíes coinciden con la evaluación estadounidense de que Sinwar y otros dirigentes de Hamas no estarían escondidos en Rafah, donde Israel ordenó la evacuación de cientos de miles de civiles palestinos para lanzar una ofensiva terrestre a gran escala. Las agencias de espionaje de ambos países creen que lo más probable es que Sinwar permaneciera escondido en la red de túneles bajo Khan Yunis, la ciudad importante del norte del enclave palestino.
La vasta red de túneles de Hamas en Khan Yunis es la más profunda y extensa, descendiendo hasta 15 pisos en algunas zonas. Sinwar, según las fuentes de inteligencia, también está protegido por un grupo de rehenes israelíes que utiliza como escudos humanos para disuadir a las fuerzas israelíes de asaltar o bombardear su ubicación.
Funcionarios estadounidenses han estado intentando convencer a Israel para que frene su operación militar en Rafah y sus alrededores, preocupados por las víctimas civiles que podría causar un ataque a gran escala contra la ciudad, donde se han refugiado tanto civiles palestinos como combatientes de Hamas.
Más de un millón de gazatíes habían buscado refugio en Rafah desde que comenzó la guerra hace más de siete meses, pero funcionarios de la ONU dijeron el domingo que unos 300.000 han huido en la última semana en medio de la ampliación de las órdenes de evacuación y el creciente temor a que Israel pueda ampliar una operación militar que ya se ha hecho con el control de la frontera allí con Egipto.
Desde el comienzo del conflicto, Estados Unidos ha proporcionado a Israel información sobre dirigentes de Hamas, entre ellos Sinwar y Mohammed Deif, jefe de su ala militar. Los funcionarios estadounidenses creen que si Israel fuera capaz de matar a cualquiera de esos altos dirigentes, el gobierno de Jerusalén podría considerarlo una victoria clave y utilizarlo como motivo para reducir las operaciones militares.
Estados Unidos ya suspendió un envío de armas por temor a que las bombas pesadas pudieran utilizarse en Rafah, la presión más drástica que la Casa Blanca ha ejercido sobre Israel desde el inicio del conflicto. Aunque Estados Unidos ha dejado claro desde hace tiempo que no detendría los envíos de armas defensivas, como las municiones de defensa antiaérea, Biden ha advertido de nuevas pausas en las entregas de armas si Israel lleva a cabo un asalto importante contra Rafah.