En la tarde del sábado, Hezbollah lanzó una nueva ofensiva de 25 misiles contra el norte de Israel provocando daños e incendios. Según informaron las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI), hasta el momento no se reportaron heridos.
La oleada de cohetes se produjo momentos después de que las FDI dijeran que estaban llevando a cabo ataques aéreos contra objetivos de Hezbollah en el sur del Líbano. Israel y el grupo terrorista mantienen un permanente pero creciente intercambio de fuego en su frontera, lo que llevó a evacuar a miles de personas de sus hogares en ambos lados.
Esta mañana, Hezbollah reconoció que el ataque aéreo israelí de ayer en Beirut asesinó a dos de sus comandantes de mayor rango y a otros 14 miembros del grupo terrorista que estaban reunidos en el sótano de un edificio. El devastador ataque supuso un nuevo golpe para el grupo terrorista respaldado por Irán y acercó a las partes a una guerra a gran escala.
El ministro de Salud libanés, Firass Abiad, declaró que el número total de víctimas del ataque había ascendido a 31, entre ellas tres niños y algunas mujeres. Abiad dijo que los servicios de emergencia trabajaron “toda la noche” para recuperar muertos y heridos de entre los escombros, y añadió que el “edificio residencial se derrumbó sobre sus ocupantes” tras el ataque israelí.
Los medios de comunicación libaneses informaron de que el ataque fue llevado a cabo por un caza israelí F-35 que utilizó dos misiles para atacar el edificio de apartamentos en la zona de Dahiyeh, en el sur de Beirut, un conocido bastión de Hezbollah.
Israel había dicho que el objetivo del ataque era Ibrahim Aqil, jefe de operaciones militares de Hezbollah, comandante en funciones de la fuerza Radwan del grupo terrorista, y que estaba supervisando una operación planeada para invadir la Galilea. El cuerpo de Aqil fue recuperado durante la noche y el grupo terrorista anunció su muerte diciendo que “uno de sus grandes líderes” había muerto “en el camino a Jerusalén”, la frase que utiliza para referirse a los combatientes asesinados por Israel.
El grupo terrorista confirmó también la muerte de Ahmed Wahbi, jefe de la “unidad central de entrenamiento” que anteriormente había sido uno de los principales comandantes de la fuerza Radwan y dirigió sus movimientos contra Israel hasta principios de este año. Al igual que otros oficiales de Hezbollah, Wahabi también participó en la lucha por el régimen de Assad en Siria durante la guerra civil.
Wahabi fue identificado por el grupo terrorista como un “comandante”, término que rara vez usa Hezbollah para referirse a sus operativos asesinados por Israel. Anteriormente, los únicos otros operativos a los que se hacía referencia como comandantes eran Taleb Abdullah, comandante de la división regional Nasr; Muhammad Nasser, comandante de la división regional Aziz; y Wissam al-Tawil, jefe adjunto de la Fuerza Radwan. A Aqil y al asesinado miembro del Consejo de la Jihad, Fuad Shukr, asesinado en julio, se los ha calificado de “gran líder yihadista”.
El ataque parece haber llevado a Hezbollah a una mayor desorganización después de que el grupo terrorista sufriera atentados sin precedentes a principios de esta semana, en los que miles de beepers y walkie-talkies utilizados por sus miembros explotaron, matando a 37 personas e hiriendo a miles. Se cree que ese atentado también fue perpetrado por Israel, que no ha confirmado ni desmentido su implicación.
El jefe de Hezbollah, Hassan Nasrallah, prometió el jueves que se vengaría de las explosiones. En un escueto comunicado emitido el viernes por la noche, poco después del comienzo del Shabat, el primer ministro Benjamin Netanyahu dijo: “Nuestros objetivos son claros y nuestras acciones hablan por sí solas“.
Antes y después del ataque contra Aqil, Hezbollah disparó el viernes unos 200 cohetes contra el norte de Galilea y los Altos del Golán. No se informó de víctimas tras los bombardeos, que se produjeron mientras las FDI alertaban a los residentes de la zona para que permanecieran cerca de los refugios antiaéreos.
“Aqil y los comandantes de la fuerza Radwan que atacamos son los comandantes que elaboraron y dirigieron el plan del grupo terrorista Hezbollah para atacar el territorio septentrional del Estado de Israel, lo que llamaron ‘El plan para conquistar Galilea’“, declaró el portavoz del ejército de Israel, Daniel Hagari, en una conferencia de prensa del viernes por la noche. “Hezbollah pretendía asaltar el territorio israelí, ocupar las comunidades de Galilea y asesinar y secuestrar a ciudadanos israelíes, algo similar a lo que hizo Hamas el 7 de octubre”, continuó Hagari.
La escalada de los últimos días no es vista con buenos ojos por los Estados Unidos. El responsable de la Casa Blanca para Oriente Próximo, Brett McGurk, declaró que el gobierno de Biden no estaba derramando lágrimas por Aqil, pero indicó que su Gobierno podría no estar de acuerdo con el ataque dado el riesgo que conlleva de escalada regional. “Ibrahim Aqil, que ha muerto hoy, fue el responsable del atentado contra la embajada de Beirut hace 40 años. Así que nadie derrama una lágrima por él. Dicho esto, tenemos discrepancias con los israelíes sobre las tácticas y la forma de medir el riesgo de escalada. Es una situación muy preocupante”, declaró McGurk durante su intervención en la conferencia del Consejo Israelí-Estadounidense en Washington.
El ataque del viernes fue sólo la tercera vez que Israel apunta a Beirut desde que las FDI comenzaron a responder al fuego transfronterizo de Hezbollah que comenzó un día después del ataque de Hamas del 7 de octubre.